7/07/2008

ATTE., ANICA , Bukowski




Ella solía escribirme notitas en papel amarillo con renglones azules. El papel amarillo estaba arrancado de un cuaderno con espiral, descuidadamente. Y estaba doblado muchas veces, haciendo una masa dura. Cuando yo lo sacaba del sobre decía algo así como:

"Querido Hank: ahora estoy trabajando en esta fabrica y vivo con mi gato Desmond...
atte. Anica".

No sé de donde sacaba mi dirección o que quería, la carta me llegaba de pueblitos de Louisiana y Texas.

"Querido Hank: estoy cansada de este pueblo y me mudo pronto...
atte. Anica".

"Querida Anica". Le escribí una vez.
"Yo sigo tomando y jugando a los caballos..."

Entonces me llegó una nota de ella diciendo que estaría en la estación de Greyhound en Los Angeles, a las 8 de una cierta mañana, tenía una hora de espera en su camino a Berkeley y le gustaría verme.

Esa mañana me levanté temprano, fui a la estación del Greyhound, me senté en un banco con la gente y esperé.

Yo no sabía como era ella pero una chica sexy bajó con
un tipo hablándole al oído y supe que era ella, y mientras me levantaba y agarraba su valija, el tipo desapareció.

"¿Eres Anica?", dije, "¿estás segura de que tienes sólo una hora?"

"Sí, Hank"

Pelo puro rubio y largo, piel perfecta, ojos verdeazulados, una figura espléndida, ésa era ella.

La llevé a la esquina, mientras tomábamos jugo y huevos revueltos nuestras rodillas se presionaban bajo la mesa.

"Tienes una cara amable",
me dijo.
"Pero es vieja",
dije.
"Si, es", dijo ella.

Acompañé a Anica de vuelta a la estación y esperamos su autobus.
Cuando llegó, ella se levantó y dijo,
"Ven aquí un momento".
Y me llevó a la esquina, donde había menos gente y me dio un beso de despedida.
Entonces la puse en el Greyhound...

Pocas semanas más tardeme llegó una carta de Berkeley
y no contesté.
Pasaron algunos meses y me llegó otra carta
de un pueblito de Texas

"Querido Hank: tengo un trabajo que odio, pero sólo son tres horas por día, tengo una casa con jardín en el fondo
y cultivo el jardín...
atte. Anica"

Hubo 2 ó 3 cartas más y no contesté la última, creo era de un pueblito en Louisiana.

Ella fue la mujer más bella que jamás conocí.

6 comentarios:

lichazul dijo...

me encantó la historia
en los pueblo pequeños
los infiernillos suelen ser más candentes:-)

muakismuakis
te dejo enlazado al blogger para no perder ruta:-)

Puck dijo...

Arturo, gracias por compartir lo de ayer, que sigue siendo lo de hoy (a fin de cuentas, como diría Saramago: "Somos cuentos de cuentos contando cuentos, nada").
Recibe nuestros saludos y parabienes por tu nuevo blog, de los cuatro bichos de la desmemoria del gato: Elisena, La Maga, Urganda y Puck.

Ruy Alfonso Franco dijo...

Mira que leer a Bukowski tan amable, tan decente es todo un hallazgo mi estimado Arturo.

Excelente tu propuesta de compartir esos textos breves que disfrutamos luego hasta con culpa, jejeje.

Me obligas ---encantadamente--- a re hojear algunas cosas y mandarte la selección por si se ofrece.

Un abrazo fresco de lluvia esperada.

Arturo Herrera dijo...

Seo, mil gracias, la visita y el enlace... siempre atenta.
Un beso

Puck, saludos a Elisena y compañía, gracias por aparecer aquí, como elfo, duende o hobbit apareces cuando los demás están dormidos para decirnos que somos nada, eso sólo, nada. Un abrazo.

Ruy, ya esta hecho, manda la selección que luego amanezco atribulado y parsimonioso, y ésta será de gran ayuda.
No se me ha olvidado la respuesta a el asunto petrolero,pero como veras he estado ocupado... :-)
Un abrazo más que lluvioso.

adrichabat dijo...

Uy pues me gustó mucho, buena idea de compartir con otros tus gustos personales y comentarlos. Un muestrario de buenos autores para quiens no conozcamos alguno nos de sed de su lectura.
gracias
adri

Arturo Herrera dijo...

Adri, aquí Hank no es Bukowski, es mucho más dulce y amable, en realidad era un torbellino con frases que alteraron el satatus quo de los americanos. White trash le dijeron muchas veces.

Gracias por leer.